A continuación dejo la crónica en primera persona de mi compañero de equipo, el BTT-2, Jairo, que era su primera carrera.
Menudo ambiente había en este pueblo de la Serranía a las 8:00 de la mañana de un domingo. Desde el primer momento se respiraba una muy buena organización, a pesar de ser tan prontito. Cosa que se fue corroborando a lo largo de la jornada.
Las 9:00 y se da el pistoletazo de salida, y de fondo "Rocky" y su banda sonora inigualable que nos da un empujón a todos, acompañado de los aplausos y ánimos de la multitud que se concentraba allí.
Algo a destacar: bastantes chicas en la carrera y con un "nivelzado" y una fuerza física que ya querríamos algunos.
Primeros 9 km. comunes para todos los BTTeros, de rodaje, para calentar y comenzar a morder el barro en cada charco que atravesábamos. Así le íbamos perdiendo el miedo a eso de ensuciar las limpisimas y engrasaditas bicis que todos llevábamos, y como no, a mojarnos el culo.
Tras el punto de control, le cuelgan a Miguel una almendra en el cuello y, cada uno por su lado hasta llegar a la meta.
Aún nos esperaban 2 pedazos de puertos y sus dos bajadas de infarto, así que mentalizarme de guardar fuerzas para el final no dejaba de recorrer mi cabeza.
Comenzamos a subir y al principio bastante bien, a pesar de que el camino no estaba en muy buen estado, se podía rodar . Hasta que apareció "la pared", una rampa totalmente rota y de un 20-25 % de pendiente que nos hizo a todos bajar de la bici y andar unos cuantos metros. Pasado eso, y tras algún km. más de ascension llegamos al primer avituallamiento en el que tuvimos que rodear a la Ermita de Sta. Margarita (por poco nos obligan también a entrar y solicitar confesión). A partir de aquí un sube y baja y bajada repetina por sendas y caminos bastante rotos, de piedra suelta y mucho barro en los que tenías apretar los puños para no perder el equilibrio, sobre todo cuando delante de ti ya habían pasado más de 80-100 bicis y las ruedas patinaban de lo lindo en el barro.
Avituallamiento de comida breve y a seguir bajando un poquito más para recuperar fuerzas. Todo muy bonito, giro a la izquierda en un cruce y... "otra pared", pero en mejor estado, que nos permitió no hacer falta bajar de la montura, pero sí olvidarnos del relax que llevábamos. Aun así, quedaban otras 2 rampas totalmente rotas, con piedra y regueros de correr el agua, que obligó a más de uno a poner pie a tierra. Estos son caminos aptos sólo para tractores. LLegamos al tercer avituallamiento, a partir del cuál, el recorrido volvía a ser común. Otras 2 rampas fuertes, donde las fuerzas estaban en las últimas, me obliga a poner pie a tierra por cuarta vez y respirar un poco. Pasado esto, bajada vertiginosa, primero por senda-camino, y después por pista en zig-zag hasta la meta en Andilla-La Pobleta.
Bocata, Aquarius y las felicitaciones del resto del equipo por finalizar, lo mejor de la jornada.
Fregadita "por encima" a la bici para que la dejen entrar en casa, y vuelta a Valencia para llegar a comer.
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